
Tamaulipas.- El lamentable crimen perpetrado el lunes contra el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, fue un duro “golpe de realidad” para el Gobierno de Américo Villarreal Anaya.
Ese día, cuando la burocracia regresó a sus labores tras el período vacacional de verano, la estrategia propagandística del gobierno estatal fue activada para promocionar a Tamaulipas como uno de los Estados más seguros de México.
Ese día, el ex panista y hoy morenista diputado local Humberto Prieto, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, abrazó al Gobernador, se tomó una foto y pronunció que “a pesar de las críticas, Tamaulipas está entre los Estados con mejores indicadores de seguridad” en el país.
Horas más tarde, ocurrió el atentado en Reynosa contra el funcionario federal con mayor alto rango en el área de procuración de justicia.
Lo que ocurrió el lunes sobre el boulevard Hidalgo en Reynosa, con las imágenes de ciudadanos comunes que captaron la cruenta escena que se reprodujo en México y allende de las fronteras, fue un duro golpe de realidad a un Gobierno intolerante a la crítica, que enfoca su estrategia mediática con indicadores alegres y “otros datos”.