
En Miguel Alemán, el Centro y la Unidad de Bienestar y Paz, así como los Parques de Barrio de las colonias Mirador y Nuevo Amanecer, se encuentran en completo abandono.
Familias de los sectores en los que se ubican esas instalaciones operadas por el Gobierno del Estado denuncian cómo desafortunadamente han “dejado caer” esos espacios en detrimento para los niños y jóvenes de manera especial.
A ello se suma el reclamo de las familias de colonias aledañas que en poco tiempo vieron cómo la corrupción se reflejó en abandonó, afectando sobremanera a quienes confiaron en que esos espacios públicos cumplirían con el objetivo para el que fueron creados: Reducir la inseguridad y fomentar la cohesión social.
La reconstrucción del tejido social en el Gobierno de la Cuarta Transformación no ha dejado de ser un simple dicho y una supuesta intención.
En el sector del poblado Los Guerra, una de las zonas más afectadas por la violencia, se ubican 2 de estos espacios.
Fueron construidos en los 2 sexenios anteriores y abandonados recientemente, a la mitad del actual mandato constitucional en la entidad.
Uno, el Centro de Bienestar y Paz, se edificó entre el Hospital Integral Miguel Alemán y la Universidad Politécnica de la Región Ribereña, en el sector de la colonia Américo Villarreal.
El otro, llamado Unidad de Bienestar, a menos de un kilómetro de distancia, se sitúa sobre el libramiento de tráfico pesado, frente a la colonia Santa Luisa y a un costado de lo que fue una Estación de Bomberos y que el gobierno local habilitó recientemente como Base de Operaciones de la Guardia Estatal para afrontar los problemas de inseguridad en esa zona.
El Centro de Bienestar y Paz es grande, con salones, instalaciones deportivas y jardines; sin embargo, luce abandonado, lleno de basura y con abundante maleza que es un peligro por la proliferación de animales venenosos.
Fue creado para ofrecer actividades recreativas, deportivas y apoyo psicológico para los ciudadanos, pero no cumple con esos propósitos.
La Unidad, más compacta, no está en operaciones; y se supone que ahí se promovería el bienestar social y la convivencia comunitaria, con una amplia variedad de servicios, incluyendo clases, talleres, actividades recreativas y también apoyo psicológico, una de las principales necesidades de la población a consecuencia de la violencia.
Lo mismo ocurre con los Parques de Barrio que se construyeron en las colonias Mirador y Nuevo Amanecer.
Hoy lucen sucios, deteriorados y no hay esperanza que les den, aunque sea, una “manita de gato”.
Vecinos refieren que quienes se encargan de la operación y cuidado de esos espacios, les han señalado que “no hay recursos para eso”.
En la región, considerada como la Zona 1 de Tamaulipas, alrededor de 15 espacios de ese tipo (desde Nuevo Laredo hasta Díaz Ordaz) están a cargo de Jesús Cárdenas, responsable que funge como Enlace ante la Dirección Estatal de Parques, Centros y Unidades de Bienestar, que encabeza el Arq. Fernando González Soto, quien a su vez depende directamente de la titular de la Secretaría de Bienestar Social en la entidad, Ing. Silvia Casas González.
Precisamente, esa Dirección presume como objetivo principal el “garantizar que las y los habitantes de Tamaulipas dispongan de espacios para actividades y servicios que fomenten la convivencia y bienestar integral de la comunidad”.
Sin embargo, eso está muy lejos de lograrse, porque el problema se ha agudizado en los últimos meses.
No es que falten recursos, lo que pasa es que los desvían… y la orden viene desde arriba.