El día de hoy me despido del lugar donde laboré en 2 períodos en la Jurisdicción Sanitaria No. IX, por espacio de 6 años.
Como dicen muchos y me consta, los cargos públicos son prestados, son pasajeros, y significa una oportunidad para dar y dejar lo mejor de nosotros, con la honesta convicción de servir a los demás.
Termino mi ciclo sexenal en el Gobierno del Estado de Tamaulipas, encabezado por el ex Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Hubo aciertos y algunos errores; sin embargo, procuré en cada área entregar mi corazón por la gente de Tamaulipas.
Agradezco la confianza al ex Gobernador por otorgarme siempre su apoyo para trabajar de la mano.
Deseo lo mejor y mucho éxito por el bien de todos al nuevo Gobierno Estatal encabezado por el Dr. Américo Villarreal Anaya, que inicio sus funciones hace unos días.
Al mismo tiempo, le deseo a nuestro Secretario de Salud actual, Dr. Vicente Joel Hernández Navarro, un gran éxito.
Y le doy la más cordial de las bienvenidas al nuevo Director de la Jurisdicción Sanitaria, al Dr. Rogelio Arnoldo Olivares, y al Dr. Luis Martínez Vázquez como encargado de Servicios de Salud.
Un agradecimiento a las Alcaldesas y Alcaldes de la región Ribereña, con los que siempre estuve en contacto y en comunicación directa sin distingo de colores para estar al pendiente de la salud de sus Municipios.
Mi cariño y respeto para cada Director de los Centros de Salud que día a día son los que siempre estuvieron al pie del cañón y nunca se doblaron a pesar de algunas carencias.
Me retiro feliz de mi cargo, con orgullo y con la frente en alto, ya que siempre atendí personalmente a todos los trabajadores y a la gente que solicitaba hablar conmigo.
Pienso que nunca deje a nadie sin atender o escuchar.
Finalmente, quiero despedirme de todos mis compañeros de trabajo y comentarles que:
A aquellos a los que pude haber ofendido, les pido perdón y mil disculpas.
A aquellos a los que ayude, ojalá hubiera podido apoyarlos mucho más.
A aquellos a los que no pude ayudar, les pido su comprensión ya que hay cosas que no estaban a mi alcance.
A aquellos que me ayudaron y trabajaron hombro con hombro y me tendieron su mano, les quiero dar las gracias y enviarles un fuerte abrazo de todo corazón.
A mi familia le pido una disculpa por a veces desatenderla por cuestiones laborales.
Le agradezco a Dios nuestro señor por su bendición de poder mantenerme firme y fuerte durante todo este tiempo.
¡Que Dios bendiga a todos!
Muchas Gracias.